viernes, 25 de mayo de 2012

Monstruo

- "Monstruo", me gritaron, ¡¿monstruo?!... descarados. Si soy un monstruo es por el mero y perturbador desgano de sus almas, la miseria espiritual que llevan dentro que los inclinó a simplemente no querer humanizarme... tanto que prefirieron perseguirme.

Monstruo por la alteridad, diferente por utilidad, simplemente para darle un motivo al resto para ser eso... el resto. Y en esta sublime tarea, este... ser... era vuelto algo atroz, quizá hasta peligroso. Sabe Dios si en algo podría humanizarse... y si pudiera ¿se podría ser medio humano, al menos?
Los pobladores no sabían que hacer con él, pues no era más fuerte, ni más listo, como uno de ellos. Lo sé, conversé con él y hallé simplemente una mente perturbada, tanto como la de otros seres humanos con quienes alguna vez compartí una mesa, una copa, una tarde... ¿Qué lo hacía un monstruo? Nunca lo llegué a saber, y es probable que sea ese el problema, que nunca hice algo por saberlo.

No lo perseguimos con antorchas ni tridentes, no huyó a ninguna torre al verse en peligro. Nos miraba con la apasibilidad de un ángel, con la frescura de la primavera bajo el brazo y los fuegos del infierno del cuello para arriba. Pero quizá todos llevan su infierno personal de vez en cuando... visitándolo, algunos más que otros. Y es que cuando lo encontramos fue en la plaza, entre nosotros, como nosotros, pero no era de nosotros. Él solo nos miró con pena, la pena que el toro siente por el torero, que el conquistado por el conquistador... que el cristiano por el emperador.

Pero soy honesto, de nada me importó que me mirara así, podía haber flotado e igual habríamos intentado capturarlo. Solo perdió la templanza al llamarlo monstruo... es que si lo vieran, no puedo ni siquiera decirles lo que es...

- ¿No es esa una bendición?- me dijo mientras recuperaba la cordura- No soy un monstruo, no soy nada, porque no son capaces de decirme qué soy, solo qué no soy. Así fuera de Venus, si comiera, bebiera y juzgara como ustedes, sería humano. Así tuviera 3 ojos y 4 brazos, quizá los perturbaría, pero probablemente solo sería un "fenómeno" en la boca de algún desvergonzado.

No les comentaré toda la conversación, no tiene caso. Amores, tristezas, desventuras y alegrías. Una pequeña sin padres que no dejaba de reir y un jóven anciano que recuperó la juventud luego de simplemente algo de desesperación... una historia tan entretenida como enredada, perturbadora e inverosímil. Solo les diré que lo dejamos libre, al ver que no podría hacerle daño a nadie, nunca supimos lo que era...

Lo único que aprendí es que tal vez, aunque suene trillado, eramos nosotros los monstruos... porque simplemente nos concentramos en observar lo que no era, antes de ver lo que era. Esa era tal vez su única rareza... el ponernos nombre, mientras nosotros solo se lo quitábamos. Por tener dientes pensamos que nos mordería, por tener uñas que nos arañaría, por tener piernas que nos perseguiría...

Solo después de irse pensé que con los dientes nos podría dar la más hermosa sonrisa, que las uñas eran solo extensiones de dedos que solo quisieron apretar una mano amiga, que las piernas eran el modo de llevarlo a otros que lo quisieran más que nosotros. No le hicimos daño, se entregó con calma y serenidad, pero sé que algún día recordará su vida... y solo seremos una mala anécdota en su vida.

Podrá hacer algo trascendental o podrá ir a su casa a morir... pero seremos solo un mal chiste en un momento...

... monstruo le gritaban... mosntruo, los muy descarados. Mientras con la cabeza en alto nos daba la mirada más humana que jamás vi. Lamentablemente no encontró eso en ninguno de nosotros. Lo único que yo gané fue remordimiento... uno que afortunadamente nunca me dejará volver a descansar en paz.