martes, 24 de mayo de 2011

Como nunca y como siempre

No espero que pregunten porque lo hago

No espero que entiendan porque lo digo.

Son ajenos a ustedes, mis razones y motivos,

Es indiferente a ustedes mi persona.

Y así sea el día de 24 horas,

Ni en 50 sería suficiente,

Apasionado, forajido y vehemente,

El destino es un cruel competidor.

Y a la mitad de la función,

Ya se van quedando sin historia,

La trama rememora a la memoria,

Los actores son mitad monotonía, mitad sueño.

Y no por sobrepasar en ingenio,

Soy juez, jurado y verdugo,

Soy demandante y acusado,

Tengo que suplir todas sus culpas.

Y no entenderán nunca,

Porque los odio como siempre,

Porque los quise como nunca,

Porque me traicionaron de repente.

Todo por un verso de Neruda,

Todo por un poco de silencio,

Renunciaron y no son más que un recuerdo,

Se apuntaron para estar en mis pesadillas.

jueves, 19 de mayo de 2011

Vitácora de un extraño

En el momento de debilidad, de dolor, de sufrimiento... lamentablemente hay un lujo que no me puedo dar. Y es que a tal punto llega la sátira que cuando todos ceden uno debe mantenerse, aunque sea pegándose a la pared, aunque sea tragándose las lágrimas, aunque sea perdiendo su humanidad por los demás...

Razones hay muchas, sobrevivientes pocos, corazones intactos... menos. Si por hoy dejo la política es porque ya me embarré suficiente con ella. Y si, ahora está sucia y hay que cambiarla, pero intenten limpiar un baño sin salir embarrados. Y a medida que las fuerzas me ganan, los ojos se cierran y los escudos se rompen, solo veo más y más trabajo... y el miedo de quizás no poder culminarlo.

¿Amigos? Hace años no hay quien me recuerde para qué sirven. ¿Aliados? Diseminados, requieren una luz y yo ahora no brillo más que Luna sin Sol. Y es que el foco se quema y hay que cambiarlo...
¿cuántos humanos se necesitan para cambiar un foco? Al final cada quien querrá hacerlo a su manera.

¿Dónde están amautas, amigos, aliados, razones para dar un paso más? Festejando el resultado de mi esfuerzo, mi sudor, mis lágrimas, mientras yo solo recupero fluidos para volver a perderlos. Y esa sonrisa de satisfacción por el trabajo bien hecho no se ira. Ese desinterés por lo perdido tampoco. Esa resignación a la soledad postuma... se ha vuelto tan recurrente que es más natural que el sentir lo contrario.

Cada día me pregunto porque voy al siguiente destino. Veo la sonrisa del resultado de la labor y creo encontrar la respuesta. Antes de partir veo lágrimas por la misma estúpida razón... y la estupidez se rie en mi cara porque las risas que causé no eran las de un amigo... eran las de un payaso.

Supongo que parto con la esperanza de que no siempre sea igual, de que alguien entienda, de que alguien aprenda. No me creo ni me acerco a un maestro... y no tengo mucho que dar, pero lo que tengo lo di, lo que tengo lo doy, y lo que tengo lo seguiré dando... así sepa de antemano que me romperán el corazón...

sábado, 14 de mayo de 2011

Tengo miedo

Tengo miedo... a menos de un mes para las elecciones. Tengo miedo no por si entra un comunista expropiador (como dicen) o una gorda y todo el cargamontón de corruptos (como también dicen). Tengo miedo de que el miedo sea el que domine las mentes de la gente, ese miedo que les hace olvidar sus valores, sus creencias, ese miedo que carcome y te hace perder tu dignidad.

¿Dónde están los defensores del modelo económico y del crecimiento que debe ser mantenido? Ahora dicen que el modelo económico no lo es todo para votar. ¿Dónde están los que votarían por el mejor candidato pues se requiería a alguien recto y honesto? Ahora dicen que es mejor el corrupto que el chavista.

Más allá del cambio son los motivos los que me asustan. Pues yo puedo golpear a alguien... pero pueden haber 500 razones distintas para hacerlo, y con algunas seré aplaudido, con otras repudiado.

Quizás somos cobardes... quizás los incas eran cobardes y se dieron a morir cuando vieron a su gobernante capturado por un puñado de gente. Quizás somos cobardes y miramos impotentes mientras un argentino nos decía que nuestra realidad iba a cambiar y que seríamos por fin libres (¿no era nuestra libertad escoger lo que queríamos y no verlo pasar?), obligándonos a aplaudir en media plaza rodeada por chilenos y argentinos armados. Quizás somos cobardes y ante cada hombre que entró a punta de pistola simplemente nos bajamos el pantalón.

Quizás sea un línea de eventos que nos llevaron hasta este momento: el momento donde somos tan cobardes que a eso que no nos gusta lo insultamos, escupimos y lanzamos piedras... como al chico raro de la clase, como al loquito que diambula por el pueblo... ¿si estuvieramos en Salem ya habríamos quemado brujas?

Si bien el tema ya ha sido tocado mi angustia es recurrente. ¿En qué punto los que querían lo mejor comenzaron a creer que pueden conseguirlo insultando y agrediendo? Y ahora los que no piensan como tú son tontos, ignorantes, olvidaron lo que pasó o no ven lo que va a pasar. ¿Tal es el miedo que tienes a aquello que no quieres?

Y si gritas, peleas e insultas y luego las cosas no salen como quieres... y luego callas o te largas del país ¿en verdad peleaste? ¿O eres el niño picón que se va echándole la culpa al resto para no aceptar su derrota?

Tengo miedo de mi generación, temo por mi país, temo por los que nos seguirán. Temo por ser juzgado en el futuro y hallarme culpable. Pero aún con miedo tengo el coraje de elegir, y elegir es decidir por lo que creo lo mejor y decir con convicción porque creo que es lo mejor. Y si eligo A es porque simplemente quiero elegir A... y no diré que B es feo, malo o que me va a matar, eso es de cobardes...

Si nuestra opción es tanto mejor que la otra (con "mejor" no quiero decir "buena") ¿por qué no hablar de esas cosas que la hacen mejor? Pero no, solo dicen lo que el otro no tiene, lo que no es... o lo que quieren pensar que no ofrece... y hablan tanto del otro que parecen novia despechada.

Y es un buen ejemplo, es como esas parejas que terminan y uno de ellos busca a otro para tener un "desquite". Y te apegas a este otro... pero tu mente esta simplemente pegada al que te echó. Y si incluso en la mente rara norteamericana eso es malo... no veo con buen fin una actitud parecida en un país tercermundista...oops, diré: en vías de desarrollo.

Para mi la democracia no funciona aquí, y no funciona porque no tenemos demócratas (salvo excepciones, obviamente). Y mi mayor temor es que querramos obligarla a funcionar sin tener herramientas apropiadas, en vez de procurarnos las herramientas primero...

Sigo con algo de miedo...
... sigo viendo ataques
... insultos
... peleas

... hablan pestes del otro sin decir nada bueno de su candidato ¿o es qué no lo tiene pero quieren ocultar su vergüenza? eso me da más miedo aún...

lunes, 2 de mayo de 2011

El profesional

Por una vez quise ver el diccionario (si, esa cosa que no regula el lenguaje) y saber que era un profesional. De los cinco resultados que pueden encontraer en el diccionario RAE me gustó este:

"Persona que ejerce su profesión con relevante capacidad y aplicación."

Todo surge por un tema muy simple: No soy abogado. En mi búsqueda de comprender mejor un periodo de la historia encontré términos legales que no entendía y, como buen curioso, pregunté. Las respuestas que encontré, si bien estaban en español, parecián arameo, sumerio o nahuatl: la similitud de estos es que conozco sus nombres, pero no sé nada de ellos.

Acostumbran a los historiadores a escribir para historiadores, a los abogados para hablar de modo que entiendan otros abogados, a los sociologos a hablar como si todo el mundo fuera sociologo (las excepciones, como en toda generalización, existen). El profesional, el intelectual, quien debía guíar a su país para formar así una élite preparada para gobernar y dirigir, haciéndolo con la razón y la sabiduría, mas no con el látigo y la moneda, no existe.

Personalmente lo perdí de vista, quizás sea porque mi ojo derecho no tiene buena visión. Por esto admira a Porras Barrenechea...

Gran historiador, reconocido en el país, le interesó más ir a escuelas a educar a aquellos que no serían historiadores, que no eran pensadores y que quizás no querrían volver a ver un curso de historia en su vida luego de salir del colegio. Esto le costó, quizás, el nunca tener una gran obra escrita: su gran obra estuvo en sus alumnos y como profesor de mi colegio, el Anglo Peruano, si bien nunca lo conocí, lo recuerdo con cariño.

Nos acostumbramos a un profesional que sabe, pero solo para habler con otras personas que saben. Pero en el momento donde el conocimiento no se difunde a más de 1000 personas, cuando hay millones ¿Vale la pena saber? No se preocupen genetistas, físicos nucleares o gente que sabe que sus carreras son demasiado complejas para difundir lo que ellas ocupan.

Pero historiadores, abogados, antropólogos, filósofos, arqueólogos, teólogos, etc. ¿creen poder decir una frase sin necesidad de usar un 70% de palabras rebuscadas? Yo lo agradecería... y de seguro también el déficit educativo que tiene este país.

Al grupo que tuvo la suerte de entrar una universidad, nos alarma el nivel de ineptitud que tienen algunos (a los que vieron los reportajes de Panamericana TV), nos entristece el sistema educativo nacional y lloramos al ver como el niño y jóven peruano memoriza para el examen y olvida para la fiesta después del examen. La culpa es del gobierno... la culpa es del profesor... la culpa es que no hay plata...

¿La culpa no podría ser de nosotros? De quienes podemos tener, de los que tenemos y no damos. En una época el intelectual era venerado, incluso su egocentrismo era aceptado al punto de que Valdelomar se autodenominaba el centro del Perú, ahora ¿acaso la gente venera que nos encerremos en bibliotecas, usemos palabras elegantes y nos reunamos con otros conocedores para simplemente enfrascarnos en discusiones donde el conocimiento es solo para menos del 10% de la población?

El profesional debería, como hermano mayor, guíar a los que no tienen el privilegio de saber como uno. El profesional debería educar antes de querer lucrar. El profesional debería gobernar... no porque sabe más, sino porque el que sabe menos clamaría por ese conocimiento. Hace mucho escucho comentarios de gente no preparada en el gobierno que obviamente arruina las cosas...

¡En qué momento los intelectuales mostraron que estudiar servía para algo!? A las excepciones las aplaudo, a los encacillados los exhorto... a mi me desprecio: ya que solo estoy escribiendo para otros intelectuales. Peco en el pecado que denuncio, pero espero no pecar más. Y como historiador prefiero que un niño de colegio ame a su patria por lo que es (bueno y malo), a que otros historiadores me digan que mi última publicación está bonita...

Se puede hacer las dos, ninguna es excluyente... los únicos que excluyen somos nosotros...

...y así nos preguntamos porqué estamos jodidos.