viernes, 3 de junio de 2011

De vuelta a Loserville

Hacía años no caminaba por aquí, no veía la miseria en el rostro de la gente. Y ahora, quizás por costumbre, quizás por miedo, no quería ver aquello que me hizo dejar este lugar. La escena del crímen seguía allí, nadie la había habitado. Las paredes, las sillas, el mismo lapicero en el suelo...

Todo para recordar que algunos simplemente no tienen derecho a ser felices, porque tienen el deber de hacer felices a los demás. Irónica realidad que me ataca peor que pitbull con rabia.

Los años han cambiado los colores, las calles van más grises, el cielo es más colorido pero a la vez más inalcanzable. Las caras se han demacrado, se les ha ido la vida, se les ha ido el sarcasmo: no me ensaño, sé que soy una de ellas. Pero vamos, fui lo suficientemente listo para salir...

... pero lo suficientemente idiota para volver.

La familia dejó de llorar la muerte de su hijo, yo pase a ser solo un asistente en la foto de un funeral. La costumbre los adormeció, yo sigo teniendo la mancha de sangre grabada en los ojos, los ojos sin vida grabados en el cerebro... soy el único idiota que decidió no olvidar lo que pasó.

Es como si nunca me hubiera ido, como si el pequeño legado que dejé hubiera vivido sin mi para hacerme parte de la historia que quise deslindar de mi...

- ¿Cómo ser felices?
- Ni idea
- Si no sabes ¿cómo serás feliz?
- Con estupidéz
-¿Qué?
- La estupidéz de creer que puedo conseguir algo que no sé como encontrar. La estupidéz de volver a hablar solo
- Y la estupidéz de contestarte

La población aumentó, las ganas de perder el tiempo no han cambiado. No hay autoritarismo, no aquí, ni siquiera nos escuchamos a nosotros mismos. No hay mentira, no, porque ni siquiera nos importa la verdad. No hay dolor, y cómo haberlo si nadie nunca habló de la alegría.

En un lugar donde no hay esperanza, sueños o metas (no las necesitan), vuelvo con una mente nueva. Pero es como si jamás me hubiera ido, sin polvo en la repisa, con la cama bien tendida. Son solo unas vacaciones de la vida que soñé... yendo a la vida que dejé atrás.

-Soy valiente
-Soy inteligente
-Soy bien parecido
-Soy caritativo
-Soy amoroso
-Soy yo...

... aquí no son nada. Aquí el único que se puede dar el lujo de ser alguien es Dios, porque a los demás... los demás no le interesan. Y yo que recién piso el pueblo por dos horas, a mi que se me dio por ver el mundo... comienza a no importarme de nuevo...

... y quizás jamás me debió importar.

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