viernes, 11 de marzo de 2011

Y si un día...

Simplemente debo reaparecer. Más allá de que me ignores, que el tiempo amplíe nuestras diferencias o la gresca simplemente se escape de nuestras manos… ¿por qué no reaparecer?

¿Acostumbrarme? ¿Para qué hacerlo? El mundo no sirve, la gente es decepcionante y eso no va a cambiar. Es la verdad más histéricamente llamativa que he rehusado aceptar. Porque aceptarla sería aceptar que yo te decepcionaré, que tú dejarás de verme con esos ojos, que yo terminaré por no quererte más, que nunca habrá nada mejor.

Y, punto uno, si te decepcionaré, porque soy la mitad del hombre que crees que soy, un cuarto del caballero que sueñas, nada de la perfección que anhelas. Pero, punto a, si te decepciono una vez entonces prometo deslumbrarte diez. Si quieres un caballero seré un hidalgo, si no puedo ser perfecto, al menos puedo intentarlo…

… si no puedo ser lo que sueñas, haré que la realidad sea tan bella que no tengas que cerrar los ojos para huir de ellas.

Además, punto dos, es posible que dejes de verme, que te canses, te aburras, me odies y termine como empecé. Pero, punto be, sentarme a llorar sería ser cobarde, ser iluso, ser conformista… y si bien hoy me puedes odiar, ayer me quisiste…y fue porque no era nada de eso…

… y si un día dejas de verme, llamaré tu atención. Si luego de eso decides no verme, pues hubo vida antes de ti y la habrá después.

El punto tres no tiene sentido, porque nunca pasará. Pues quizás no quiera abrazarte, sentarme a ver el Sol o pararme y correr contigo para huir del tiempo, pero aún querré que estés allí, en mi vida, al menos como uno más…

…porque como dije, antes de ti hubo vida y así la habrá después. Así también, antes de ilusionarme ya te quería, luego de desengañarme aún lo haré…

Y siempre habrá algo mejor. Si no soy yo quien lo consiga, habrá otro que pueda ofrecerlo. El día que me golpeen, simplemente me dolerá. Y si tengo que llorar, lloraré, pero no bajaré la cabeza…

…el día en que aceptamos la podredumbre es el día que dejamos de combatirla…

…el día que dejamos de combatirla es cuando vivimos con ella…

…el día que vivimos con ella es cuando no nos importa ensuciarnos…

…el día en que ensuciarse no nos importe, tampoco nos importará limpiarnos…

… el día en que nos de igual estar limpios o sucios me conformo con una pistola y una sola bala…

…no, no voy a dispararme.

Solo pienso pegarle un tiro al siguiente mediocre que me diga que me conforme a decir que la vida es mala por unas minucias negativas...

Y si un día me buscaras nuevamente... sabrías que te busqué siempre, y como no te encontré nunca, te amaré como siempre, pero quizás nunca... como tú me amaste.

No hay comentarios: