sábado, 6 de agosto de 2011

Otro pequeño pecado

¿Cúal es ese tormento que no te permite dormir de noche? ¿Cúal es ese sueño que se repite vez tras vez y te tortura al punto de volverse pesadilla? ¿Por qué es tan difícil decirlo, confesarlo? Es tan difícil...

Y esos secretos se van acumulando, sin nadie que ponga orden en un desorden que al menos comprendes, no puedes nada más que ser sincero contigo mismo. Y tengamos un minuto de silencio por las palabras que jamás salieron y murieron antes de vivir.

Es divertido, por qué negarlo, ser parte de algo más grande que uno mismo. Pero es más divertido estar dentro y no ser parte. Poder irte y no pensar en quien te extraña, quien se alivia por tu partida: es divertido no ser parte de nada, y que el corazón lata con fuerza cada vez que das todo por algo... y que sepas que no lo volverás a ver.

La parte más irónica es que eso que te divierte, que te mantiene vivo, te mata cada vez un poco más. Y es que los genios mueren jóvenes, deben desaparecer antes de que el tiempo les devuelva el golpe. Pero no seamos egocentristas... eso no solo pasa con los genios.

La Tierra da vueltas y vivimos sin siquiera pensar en ello. Pues algunos no pueden omitir ni siquiera ese pequeño detalle en cada segundo de su vida, torturándolo cada vez que abre los ojos. Es así como un gran don se vuelve un gran castigo.

¿Y dirá que es simplemente una carga y tortura como los heroes de película y novela? Pues no, las sonrisas no han estado ausentes, las alegrías, los amores, la vida misma no ha sido ajena y a pasado a visitar esta calle.

Y si solamente lo confesara, lo sacara de su sistema: sería libre. Pero seamos honestos, NO SABRÍAS QUE HACER CON TU LIBERTAD. Serías tan monótono y patético como crees que somos los demás.

Es la única vida que conozco y la única que puedo llevar. Donde esto es lo único que tengo y sin lo cual no tendría nada. Obviamente no lo puedes entender: tienes problemas normales, ves con los ojos, descansas al dormir, sufres por lo que debes sufrir y al final del día puedes darle una pausa. Y es que no soy mejor que tú, solo diferente: y alguien solo es diferente por tener vivencias diferentes, nada más. Lo único que nos diferencia es que mi mente me atormenta cada mañana al abrir los ojos, cada noche al cerrarlos, cada tarde al ver en nuestra alma el dolor que nuestros ojos aprendieron a ocultar.

Y el Yo, el super Yo y el ego no sabrán donde empieza uno y termina el otro. Y al compás de tambores nos lanzamos a la siguiente batalla, haciendo lo posible para no morir, dando todo para sobrevivir...

... y a la vez con la esperanza escondida de no hacerlo. Que con la muerte venga la nueva vida, donde el resto deje de ser "normal", "común" o "predecible"... para simplemente ser "hermoso"...

... como toda la vida lo desee.

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