No espero que pregunten porque lo hago
No espero que entiendan porque lo digo.
Son ajenos a ustedes, mis razones y motivos,
Es indiferente a ustedes mi persona.
Y así sea el día de 24 horas,
Ni en 50 sería suficiente,
Apasionado, forajido y vehemente,
El destino es un cruel competidor.
Y a la mitad de la función,
Ya se van quedando sin historia,
La trama rememora a la memoria,
Los actores son mitad monotonía, mitad sueño.
Y no por sobrepasar en ingenio,
Soy juez, jurado y verdugo,
Soy demandante y acusado,
Tengo que suplir todas sus culpas.
Y no entenderán nunca,
Porque los odio como siempre,
Porque los quise como nunca,
Porque me traicionaron de repente.
Todo por un verso de Neruda,
Todo por un poco de silencio,
Renunciaron y no son más que un recuerdo,
Se apuntaron para estar en mis pesadillas.