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Miércoles, 27 de noviembre, 2007

Hoy estoy más confundido que nunca, dije una verdad que creo, pero que me parece incompleta, no sé que le puede faltar, como si supiera algo y las palabras no me permitieran decirlo. ¿Qué es? No sé, al menos ya no estoy tan deprimido, al menos tú me sonreíste de nuevo hoy.

Mi voz se apaga, mi mente vuela aunque quiera calmarla, es difícil concentrarme en otra cosa que tu mirada, además que no quiero concentrarme en alguna otra cosa. Escribir también se hace difícil hoy, quizás porque por una vez hablé como si escribiera, quizás porque sigo tan nervioso como en el momento en que te vi. Es extraño tenerte no solo en sueños, es difícil aceptar que no estas.

¿Mis poemas? Ya no hago ninguno, me cuesta pensar, me cuesta hacer rimas a pesar de que antes era algo tan natural. No me recrimines también por eso, no ahora.

¿Dónde quedó mi ansia por la lucha? No sé, ¿por qué lo preguntas? Lo sé, yo también me doy lastima a veces.

Pero tú sigues allí, siempre, sentada observándome tras esos hermosos y abrumadores ojos. No te preocupes, voy a estar bien, siempre lo he estado gracias a ti. Quisiera decir más pero me siento soñoliento, es difícil mantenerse en pie hoy, aunque quisiera ver tus ojos durante toda la noche, pero quizás mañana… quizás mañana.