viernes, 22 de octubre de 2010

La niña: Un para siempre

Todos tenemos el derecho de ilusionarnos aunque sea una vez, y si, tenemos la obligación de escuchar ese "te lo dije" en nuestra cabeza, una vez que la ilusión dio vuelta para decirnos que no sería más que eso. Y claro, tú te quedas allí parada burlándote de mi desgracia, pero obviamente escondiste el rostro bajo tierra para que yo no observara la tuya.

Odio no poder odiarla, tener que demostrar mi cariño con sarcasmo, mi corazón con mi hígado. Y en fin, unos ganas y otros pierden...está vez yo perdí siendo el único jugador.

Y se acaba el primer acto...

Mientras me disculpo por la mala actuación sé cuanto daño hice, cuanto no dije, ni di, no vivi...

"No eres tú, soy yo"...mentira! ERES TÚ, y es que eres dolorosamente genial. Eres tú porque eres inalcanzable...no por la lejanía, sino que como pez bajo el agua tu imagen se distorciona, y siempre apunto al lugar equivocado. Y digan lo que digan soy humano: sangro, duermo, lloro, rio y voy al baño...no necesariamente en ese orden. Pero en cada parada tu imagen sigue ululante junto a mi oido, y yo odiando lo que haces, pero amando que estas allí para hacerlo.

Me mentiste para no herirme, lo peor es que no lo hiciste bien ya que me enteré de la verdad... soy un ser humano muy complicado...ni siquiera puedo ser engañado como una persona normal...

Y sin querer, se acabó el segundo acto...

El tercero empezó con música, un baile, luces y el sonido de el mar en el exterior...una ciudad iluminada por el fuego. Nerón, ¿Otra vez? Lo sé, los cristianos son inflamables. Lo sé, sirven bien de antorchas...si, si...lárgate de una vez.

Jamás la tomaré de la mano, jamás sabremos como sería...lo dejaremos a la imaginación del público. Al final de la obra vienen los aplausos, las felicitaciones, la bajada del telón...el vacío del teatro...el silencio...

Se acaba la obra y yo jamás me enteré como empezó...ni siquiera siendo guionista, director y protagonista... Una persona normal puede ser héroe, un héroe jamás puede ser una persona normal.

Yo jamás pude ser ninguno de los dos...tú tampoco, pero tú eras algo más...yo, solo me senté a observar como caía el telón...

A esperar a que se vuelva a llenar el teatro, a que empiece la siguiente función...

1 comentario:

nakeli dijo...

q bello me encanto