viernes, 19 de noviembre de 2010

Siete pecados: Ira

Vamos seis de siete, uno para acabar, pero esta vez no pienso pecar. Te pediría que te controles, que respires, pero veo en tus ojos que tienes más ganas de golpearme que de escucharme. Es difícil ser uno mismo, ser uno contigo, si eres ying y yo yang...o cualquiera que sea el blanco.

Entre copas confesaste tu desdicha, entre ideas revelaste tu locura, entre versos te acompañé en tus agonías, y entre el día y la noche mi partida. No te comprendo, no pienso hacerlo, no espero hacerlo. Cada vez que me acerco pareces entrar en alerta, cada vez que me alejo pareces entrar en miseria.

Si tuviera que odiarte sería porque haz escuchado de más, opinado de menos, y te haz mantenido igual. Es el perfecto equilibrio, el justo medio, lo necesario para desquiciarme.

Vanidad de vanidades, todo es vanidad... si, tú también.
...no, yo no.

Puedes odiarme, puedes quererme, puedes herirme pero no puedes tenerme. Y es que en algún momento se fue sin mi y luego volvió a recogerme...con 2 soles en el bolsillo aprendí a usar la combi y partí solo.

En algún momento soltaste mi mano y yo solté tus derechos. A dos días de quererme me volviste a querer, pero esta vez me querías lejos.

...No te comprendo, no pienso hacerlo, no espero hacerlo...

Te pediría que no me odies, pero es en vano...pecadora. No seré juez, jurado ni verdugo, seré todos y seré ninguno. Seré un fantasma mientras viva, una sombra a mi muerte, tu guardían hasta que decidas verme. Porque cuando me odies me verás...cuando por fin me quieras, tendré que partir...dejarte ser... dejaré de viajar.

No te comprendo...solo sé que me odias...no pienso hacerlo...solo sé que te quiero...no espero hacerlo...porque tú tampoco me comprendiste a mi.

Es la sexta vez padre, lo sé...no se moleste...

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