jueves, 4 de noviembre de 2010

Siete pecados: Orgullo

Perdóname padre, porque he pecado. Aunque pensándolo mejor no me perdones, porque se siente de maravilla. Y es que a dos años del delito, ha expedido la denuncia, me he ahorrado la sentencia, soy libre y sin culpa.

Me moría en mi pecado, orgullo, gran orgullo. Gigante de oro con pies de barro, general sin ejército, amante sin amada. Como guitarra desafinada siempre desentonaba, pero tú quisiste ser mi señora, mi armonía.

Puedo decir muchas cosas, que te extraño, que me importas, que me arrepiento, que es mentira, que no te molestes, que bajes ese cuchillo, que descanses en paz...no importaría en verdad. Pues somos lo que somos porque antes no lo fuimos, porque pequé en orgullo. Y es que soy el centro de mi universo, no...fui el centro de mi universo y lo fui porque no podías serlo tú.

Adán perdió por Eva, Marco Antonio por Cleopatra, Gamarra murió por la Patria, yo no estaba dispuesto a morir por ti. No podías ser mi cielo, mi musa, oh dulce Beatriz, no podías llevarme al Cielo, el tour le tenía que dar por mi cuenta.

Y es por mi cuenta que te despedí, por mi ser, mi culpa y mi ciega sentencia. Habiendo tantos planetas querías girar alrededor de un cometa, teniendo tantos dioses te fijaste en un mortal, uno que no deseaba más que morir...y no podía hacerlo si lo observaban.

Pero si, solo soy yo, así lo veo, así lo veré. Jamás tendré tus ojos, tus lágrimas, tu suerte, bendita suerte que te llevó al otro lado del Jordán. Al final pagué mi deuda con sangre, sueño e intereses, muchos intereses.

No tuve oportunidad de tener mi heredad, no fui capaz de reclamar mi Excalibur...y por orgullo pequé, pequé por no obrar, y por no obrar me reemplazaron...quedé como noble vagabundo...como noble... pero ¿para qué?

Perdóname padre...porque a pesar de que sé que he pecado, jamás te pediré perdón a ti...
Perdóname...porque aunque me veas a los ojos, yo no te veré...
Perdóname...porque yo jamás lo haré...

No hay comentarios: