sábado, 1 de diciembre de 2007

Acabo de leer un correo muy bonito. Lo sé, no acostumbro hablar de eso, pero me puso a pensar. Recordé la soledad, esa fría y dura sábana que te abraza, a veces olvidó todo eso, quizás siempre lo quiero olvidar.

¿Cumpleaños sin regalo? ¿Fiesta sin alcohol? Tal vez ni siquiera recordaba que una fiesta era felicidad, nada más. ¿Tú que opinas? Tú que haz estado conmigo en cada fiesta, tú que haz sido la primera en abrazarme yl a última en despedirte. Nunca dije gracias, mi humildad llegó al límite de lo pedante, pero tú seguías allí.

Las risas y el alcohol se mezclaban en una nube roja y atrayente, yo estaba asustado en una esquina de aquella habitación, tú me seguias mirando tan dulcemente a pesar de que no soportabas más ese edor.
Todos empezaron a abrazarse, nadie te abrazó a ti, yo me acerqué solo para escapar. Me tomaste entre tus brazos como si fuera a caer y me llevaste lejos, hacia la Luna,¿asustado? !Estaba petrificado!

Al salir de ese lugar quería morir, pero entre lágrimas y risas no te reías de mi, te reias conmigo, simplemente como niños.
Hoy es mi día ¿qué quiero? A ti, ¿Cuál fue mi regalo más bonito? Tu sonrisa, ¿Cómo la pasé? Genial hasta que dejé de verte. ¿Cómo quiero que sea mi siguiente día?... Como hoy cuando te vi, dulce y suave como el susurro de las hojas, lo más hermoso que jamás pude oír.

Quisiera saber por qué dije esto, quisiera saber si lo entenderás, hay cosas de mí que quizás no comprendo, pero aún así te las voy a dar, por qué mañana...será tu turno de celebrar.

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