viernes, 7 de diciembre de 2007

Un extraño día

Caminé y caminé, sin descanso, sin preocupación, sin tiempo o concienca, solo caminé, solo. Pasé por sonrisas, tristezas, quejas, gritos humo y una que otra ilusión, nada me inmutaba, todo era ajeno a mi. ¿Dónde estabas hoy? ¿Desde que misterioso lugar me veías? Aunque ¿Me veías? Hoy no te sentí, pero no me sentí mal, solo ahora que sé que no estuviste, tú cara lo dice, pero tu culpa no me afecta, ni siquiera me importa la falta.

Tienes tu espacio, tu vida, tus sueños, no tienes que verme por siempre, admito que me gusta pero sería egoísta pedirte exclusividad. Se acabó la presión, los problemas y ese malestar que no quería alejarse y se pegaba a mi como un imán a la pantalla de una TV, comparación estúpida hasta que descubres que al sacar ese imán queda una marca que no sale. La huella se quedó, pero es eso, una huella y nada más, ya no quiero pensar en eso. Hoy no hay preguntas, es cierto, solo quiero verdades, a pesar de que hay una que no pueda decir aunque sea la que más me gusta.

Hoy no estas en ese silla, saliste a pasear con tus amigas, hoy no me miras, no estás para preguntarme nada, yo solo escribo y hablo como si escucharas aunque sé que no lo haces; sin embargo, no me siento mal, sé que estas, no aquí pero estas y eso no cambia, no aún al menos. Hoy voy a soñar, será contigo, volverás a tiempo para dormir o quedarás atrapada en el sueño de otro?

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